Un ejercicio muy positivo, útil y benéfico, es practicarnos una revisión interior acerca de los pensamientos, ideas, o representaciones que forjamos en nuestra mente, cuando nos relacionamos con los demás. Seguramente ello nos dará el verdadero perfil de nuestra personalidad y el grado de hipocresía o del doble discurso que quizás en algún momento nos ha invadido. Es también de gran importancia para nuestro crecimiento personal y para enmendar los entuertos en los que hemos podido incurrir ,meditar en las diversas situaciones en las que, no obstante, nuestro decir y actuar frente a los demás , pensábamos diferente e inclusive totalmente contrario a ese decir y actuar , y en la comparación con lo que interiormente fueron las valoraciones y/o juicios de los hechos, circunstancias que experimentamos , así como nuestros procederes, actitudes y comportamientos en referencia a las situaciones vividas o en las se encontraban las personas con quienes nos relacionábamos en aquellos momentos u oportunidades ,también con las cosas, objetos y circunstancias que formaban el entorno nuestro y el de nuestros relacionados.
La hipocresía es el acto de pretender constantemente tener creencias, opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades, o estándares que uno en realidad no tiene. La hipocresía es así un tipo de mentira. La hipocresía puede venir del deseo de esconder de los demás motivos reales, o sentimientos. La hipocresía no es simplemente la inconsistencia entre aquello que se defiende y aquello que se hace.
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